
Continuando con las reflexiones sobre el té, el segundo aspecto que nos gustaría comentar es el de la “salud emocional” que desempeña la L-teanina.
La L-teanina, que representa aproximadamente el 50% del total de aminoácidos de las hojas del té, es un aminoácido que mejora el estado de ánimo y que se encuentra exclusivamente en el té. Se ha demostrado que este aminoácido reduce la ansiedad y el estrés, y es el ingrediente activo responsable de los efectos relajantes en el sistema nervioso.
Desde la perspectiva de la salud emocional
Cuando bebemos una taza de té, la L-teanina es rápidamente absorbida por nuestro organismo actuando de dos maneras muy diferentes. En un primer lugar, se activa sinérgicamente con la teína produciendo ondas alfa en el cerebro y ralentiza el ritmo de absorción de la cafeína, provocando un efecto de relación suave y duradero en el tiempo. En un segundo lugar, influye positivamente en la producción de varios neurotransmisores como el GABA (ácido gamma aminobutírico), la dopamina (los neurotransmisores de la relajación y la felicidad) y la serotonina.
Éstos son los dos mecanismos que explican los efectos relajantes de la teanina. Pueden traducirse en una sensación de bienestar, una disminución de la tensión arterial (es decir el efecto contrario de la cafeína) y una disminución de los niveles de cortisol, la hormona implicada en los estados de estrés crónico.
Es decir, que beber té mejora nuestro rendimiento mental (concentración), disminuye la ansiedad, promueve la relajación y protege el tejido hepático. De este modo, beber té nos ayuda a ser una persona más tranquila, con una mente clara y productiva.